Encaramada en una colina en la Toscana, es una joya arquitectónica y enológica, un destino donde el vino, la historia y la arquitectura se fusionan armoniosa...
Conocida por su vino Vino Nobile, la ciudad ofrece calles adoquinadas, plazas históricas y palacios renacentistas. La Piazza Grande es el epicentro, rodeada de imponentes edificios y la majestuosa Catedral de Santa María Assunta. El Palazzo Comunale y la Torre del Reloj añaden a su encanto. La Fortezza di Montepulciano proporciona vistas panorámicas. Sus bodegas y enotecas ofrecen degustaciones de vinos, permitiendo a los visitantes disfrutar de la autenticidad de la región.